Restaurando el cristianismo original—¡para hoy!
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Mayo/Junio 2021
Mayo 19, 2021
Queridos hermanos,
Dado que el Día 49 y Pentecostés cayeron a mediados de mayo, estamos combinando las cartas de mayo y junio en una sola. Esperamos que Dios los haya bendecido con una gran Fiesta de Pentecostés, así como nosotros la tuvimos aquí en Hollister. Estamos casi listos para enviar el libro expandido El Plan de Dios para la humanidad revelado por Su Sábado y Sus Días Santos a la publicadora. Para aquellos en la lista de correos, no tendrán que solicitar su nueva copia porque automáticamente se lo enviaremos inmediatamente sea impreso. Para aquellos que usan exclusivamente nuestros sitios web y no están en la lista de correos, necesitarán enviarnos un correo electrónico con su dirección de modo que podremos enviarles una copia.
El Sábado y los días santos de Dios conmemoran eventos mayores de intervención directa de Dios en el curso de la historia humana y señalan eventos proféticos futuros revelados en la Escritura. Sin embargo ¡el mundo es ignorante de lo que estos días representan!
¿Por qué el mundo no entiende? ¡Hoy hay más Biblias en más idiomas que en cualquier otro tiempo en la historia! Hay billones de Biblias impresas y billones de Biblias digitales. Sume a esto las muchas organizaciones “cristianas” mundialmente y denominaciones con millones de iglesias—así como miles de programas de TV, programas radiales, sitios web, y blogs que aparentemente predican a partir de la Biblia. Y hay millones de libros sobre la Biblia—y miles de revistas.
Pero todo esto es de poco provecho. Las enseñanzas distorsionadas de los hombres y las falsas doctrinas de la “religión organizada” sólo han inundado al mundo con confusión. Falsas enseñanzas cuidadosamente manipuladas promueven una salvación falsa simplista que promueve una gracia ilegal que requiere poca o ninguna obediencia a Dios.
Así, el cristianismo hoy en día debería ser llamado correctamente “cristianismo falso.” Mientras los predicadores leen de la Biblia, con variados grados de entendimiento, simplemente no comprende la verdad de Dios y Su plan verdadero de salvación. Incluso los mejores teólogos fallan completamente en el verdadero significado de las profecías de Dios—especialmente aquellas concernientes al tiempo del fin y el regreso de Cristo. De otro lado, algunos tienen un poquito de entendimiento acerca del “poder de la bestia” por venir y la “marca de la bestia.” Sin embargo, ¡al final carecen del entendimiento del verdadero “Plan Maestro” de Dios para la humanidad!
¿Por qué? A causa de su casi universal creencia en ciertas falsas enseñanzas y su rechazo deliberado (si no es odio) del Sábado Bíblico y de ¡los días santos de Dios! Los profesores del “falso cristianismo” creen y enseñan que Jesús y el apóstol Pablo han abolido la Ley, y que el Antiguo Testamento ha sido cumplido. Así nosotros no tenemos necesidad de eso hoy. El resultado es que han llegado a ser ciegos espiritualmente. Adoptan de todo corazón la observancia del domingo y observan los festivos populares de este mundo—¡creyendo que están haciendo la voluntad de Dios! Esto es como escribió Pablo: Satanás los ha engañado y cegado sus mentes al verdadero Evangelio del Reino de Dios. Él escribe: “Pero si nuestro evangelio es escondido, es escondido para aquellos que están pereciendo; en quienes el dios de esta era [Satanás] ha cegado las mentes de aquellos que no creen, no sea que la luz del evangelio de la gloria de Cristo, Quien es la imagen de Dios, brille hacia ellos” (II Corintios 4:3-4).
Dios advirtió de esto hace mucho a través del profeta Isaías: “¡Estén aturdidos y asombrados! ¡Cieguen sus ojos y sean ciegos! Ellos están borrachos, pero no con vino; tambalean, pero no por bebida fuerte, porque el SEÑOR ha derramado sobre ustedes el espíritu de sueño profundo, y ha cerrado sus ojos; Él ha cubierto a los profetas y a sus gobernantes, y a los videntes. Y la visión de todos ha llegado a ser para ustedes como las palabras de un libro que esta sellado, el cual ellos dan a uno que es aprendido diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No puedo, porque está sellado.” Y el libro es entregado a quien no es aprendido, diciendo, “Por favor lee esto,” y él dice, “No soy aprendido.”
“Y el SEÑOR dijo, “Porque este pueblo se acerca a Mí con sus bocas, y con sus labios Me honran, pero su adoración de Mí es conforme a las tradiciones de hombres aprendidas por rutina, y su temor hacia Mi es enseñado por los mandamientos de hombres; por tanto, he aquí, procederé a hacer de nuevo una obra estupenda entre este pueblo, incluso una obra estupenda y una maravilla, porque la sabiduría de sus sabios morirá, y la sabiduría de sus inteligentes desaparecerá”” (Isaías 29:9-14).
Debemos entender los misterios del Reino de Dios: Jesús hablaba deliberadamente a las multitudes en parábolas de modo que ellos no comprenderían lo que Él les estaba diciendo en realidad. “Y Sus discípulos vinieron a Él y preguntaron, “¿Por qué les hablas en parábolas?” Y Él respondió y les dijo, “Porque ha sido dado a ustedes el saber los misterios del reino del cielo, pero esto no ha sido dado a ellos. Porque quienquiera que tenga entendimiento, a él más será dado, y tendrá abundancia; pero quienquiera que no tenga entendimiento, incluso lo que tiene le será quitado.
“Por esta razón les hablo a ellos en parábolas, porque viendo, ellos no ven; y oyendo, ellos no oyen; ni entienden. Y en ellos es cumplida la profecía de Isaías, la cual dice, ‘Oyendo ustedes oirán y en ninguna forma entenderán y viendo verán, y en ninguna forma percibirán; porque el corazón de esta gente se ha engordado, y sus oídos son sordos para oír, y sus ojos han cerrado; no sea que ellos vean con sus ojos, y oigan con sus oídos, y entiendan con sus corazones, y sean convertidos, y Yo los sane.’
“Pero benditos son sus ojos, porque ven; y sus oídos, porque oyen. Porque verdaderamente les digo, muchos profetas y hombres justos han deseado ver lo que ustedes ven, y no han visto; y oír lo que ustedes oyen, y no han oído” (Mateo 13:10-17).
Sin embargo, para entender los misterios de Dios debemos primero amar a Dios y guardar Sus mandamientos, como lo escribe el apóstol Juan: “Por este estándar sabemos que amamos a los hijos de Dios: cuando amamos a Dios y guardamos Sus mandamientos [comenzando con los 10 mandamientos]....y Sus mandamientos no son pesados.” (I Juan 5:2-3).
Juan dio también una advertencia a aquellos quienes no guardan los mandamientos de Dios—llamándolos mentirosos quienes no conocen a Dios: “Y por este estándar sabemos que lo conocemos: si guardamos Sus mandamientos. Aquel que dice, “lo conozco,” y no guarda Sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él” (I Juan 2:3-4). Porque son mentirosos que no pueden conocer la verdad de Dios o comprender Su plan para la humanidad.
Juan deja claro que debemos guardar la Palabra de Dios—cada palabra de Dios, como dijo Jesús en Mateo 4:4. Juan continua: “Por otro lado, si cualquiera está guardando Su Palabra, verdaderamente en aquel el amor de Dios está siendo perfeccionado. Por este medio sabemos que estamos en Él. Cualquiera que reclame vivir en Él está obligándose a sí mismo también a caminar incluso como Él mismo caminó” (I Juan 2:5-6). Lo que escribe Juan está de acuerdo con este Salmo: “El temor [y amor] del SEÑOR es el comienzo de la sabiduría; un buen entendimiento tienen todos aquellos que hacen Sus mandamientos, Su alabanza permanece para siempre” (Salmo 111:10).
La sabiduría, amor y Espíritu de Dios revelan el misterio de Dios: Al escribir a los corintios, Pablo deja claro que para entender el “misterio de Dios” debemos tener la sabiduría, amor y Espíritu de Dios. En verdad, ¡esta es la única forma para entender las cosas profundas de Dios! Él escribe: “Y mi mensaje y mi predicación no fue en palabras persuasivas de sabiduría humana; más bien, fue en demostración del Espíritu y de poder; para que su fe pudiera no estar en la sabiduría de hombres, sino en el poder de Dios.
“Ahora, nosotros hablamos sabiduría entre los maduros espiritualmente; sin embargo, no es la sabiduría de este mundo, ni de los gobernadores de este mundo, quienes están llegando a nada. Más bien, hablamos la sabiduría de Dios en un misterio, incluso la sabiduría escondida que Dios pre-ordenó antes de los siglos hacia nuestra gloria… Pero de acuerdo a como está escrito, “El ojo no ha visto, ni el oído ha oído, ni han entrado al corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que lo aman”” (I Corintios 2:4-9).
Esto también aplica a profecía. Algunas cosas no pueden ser entendidas por medios humanos solamente. Sólo Dios puede revelar el verdadero significado de la profecía y sus secuencias cronológicas. Como nota Pablo, esto viene a través del Espíritu de Dios y Su Palabra: “Pero Dios nos las ha revelado por Su Espíritu, porque el Espíritu examina todas las cosas—incluso las cosas profundas de Dios. Porque ¿quién entre los hombres entiende las cosas del hombre excepto por el espíritu del hombre el cual está en él? En la misma manera también, nadie entiende las cosas de Dios excepto por el Espíritu de Dios.
“Ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que es de Dios, para que podamos saber las cosas graciablemente dadas a nosotros por Dios; tales cosas también hablamos, no en palabras enseñadas por sabiduría humana, sino en palabras enseñadas por el Espíritu Santo para comunicar cosas espirituales por medios espirituales. Pero el hombre natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios; porque son tonterías para él, y no puede entenderlas porque son discernidas espiritualmente” (I Corintios 2:10-14).
Algunas de las cosas profundas de Dios son secuencias de profecía del fin del tiempo difíciles de comprender. Sin embargo, con el Espíritu de Dios podemos entender la Palabra de Dios—incluso profecías difíciles. Jesús explica: “Las palabras que les hablo [toda palabra de la Biblia], son espíritu y son vida” (Juan 6:63).
Con estas cosas en mente, estamos listos para examinar los pasajes bíblicos claves concernientes a Pentecostés, al regreso de Cristo y la primera resurrección. Y como mostrará la Escritura, ¡estos eventos ocurrirán muy diferente de lo que la gente ha imaginado!
Entendiendo Pentecostés, la primera resurrección y el regreso de Jesucristo
El regreso de Jesús tiene en realidad tres fases—dos relacionadas a Pentecostés, y una relacionada a la Fiesta de Trompetas. Su regreso no es completado de repente en un solo día, como muchos suponen.
Fase uno comienza 2 años en los 3 años y medio de la Gran Tribulación, con la apertura del sexto sello. Note que Juan vio en visión: “Y cuando abrió el sexto sello, miré, y he aquí, hubo un gran terremoto; y el sol se volvió negro como el pelo de cilicio, y la luna se volvió como sangre; y las estrellas del cielo cayeron a la tierra, como una higuera echa sus últimos higos cuando es sacudida por un viento poderoso. Entonces el cielo se apartó como un rollo de papel que está siendo enrollado, y toda montaña e isla fue sacada de su lugar” (Apocalipsis 6:12-14).
Cuando los cielos son “enrollados como un rollo,” todo el mundo entonces verán “la señal del Hijo de hombre en el cielo” (Mateo 24:30). Jesús dijo: “Porque como la luz del día, la cual sale del oriente y resplandece tan lejos como el occidente, así será la venida del Hijo de hombre” (Mateo 24:27). Esto significa que la señal del Hijo de hombre aparecerá como un “segundo sol.” Esto es verificado por el profeta Malaquías: ““Porque he aquí, el día viene, ardiendo como un horno consumidor; y todo el orgulloso, y todo hacedor de maldad, será rastrojo. Y el día que viene los quemará,” dice el SEÑOR de los ejércitos, “y no les dejará ni raíz ni rama” (Malaquías 4:1). Esto se refiere a las guerras que tendrán lugar durante el resto de la tribulación.
Pero note lo que Malaquías dice concerniente al pueblo de Dios: “Pero a ustedes quienes temen Mi nombre, el Sol de Justicia se levantará, y sanidad estará en Sus alas. Y ustedes saldrán y crecerán como terneros del establo” (verso 2).
Este “Sol de Justicia” es la señal del Hijo de hombre que “brilla desde el oriente al occidente”—el “segundo sol.” Este evento asombroso afectará a toda persona en la tierra—y al principio la gente creerá que esta es la segunda venida de Cristo. Juan escribe: “Y los reyes de la tierra, y los grandes hombres, y los hombres ricos, y los capitanes jefes, y los hombres poderosos, y todo siervo, y todo hombre libre se escondió a sí mismo en las cuevas y en las rocas de las montañas; Y decían a las montañas y a las rocas, “Caigan sobre nosotros, y escóndanos del rostro de Quien se sienta en el trono, y de la ira del Cordero porque el gran día de Su ira ha venido, y ¿Quién tiene el poder de estar de pie?”” (Apocalipsis 6:15-17). Sin embargo, como veremos, Satanás convencerá al mundo que esto no es el regreso de Jesús, sino una invasión del espacio exterior. Y Satanás moverá al mundo a pelear en contra de ¡esta “invasión”!
Este evento del “segundo sol” probablemente ocurrirá en el penúltimo Pentecostés—cuando los 144,000 de las 12 tribus de Israel y la “gran e innumerable multitud” serán salvados y sellados. (Sin embargo, estos 2 grupos no serán inmediatamente cambiados de carne a espíritu porque el toque de la séptima trompeta no ocurrirá sino hasta el siguiente Pentecostés—cuando la primera resurrección. tendrán lugar en realidad.)
Esta primera fase durará un año—desde Pentecostés a Pentecostés—y el “segundo sol” continuará brillando en el cielo a través de aquel tiempo. Piense en la magnitud del cumplimiento de esta profecía.: “He aquí, Él viene con las nubes, y todo ojo lo verá,…. y todas las tribus de la tierra gemirán por causa de Él…” (Apocalipsis 1:7). Todo ojo verá la señal del Hijo de hombre, aquel “segundo sol”—¡por todo un año! Esto muestra que Dios le estará dando a todo el mundo un año para que se arrepientan. ¡Pero lo rechazarán! En vez, continuarán siguiendo a Satanás el diablo y pelearán unos contra otros como lo vemos en Apocalipsis 8-11. Dado que este “segundo sol” permanecerá estacionado por un año, la gente comenzará a considerarlo una anomalía. Las guerras de los sellos 5 y 6 tendrán lugar como esta profetizado porque la humanidad asumirá que este “segundo sol” permanecerá sin moverse. Sin embargo, para el próximo Pentecostés, este “segundo sol” se moverá ¡muy cerca de la tierra!
Fase dos: Cuando el séptimo ángel toque la séptima trompeta, eso señala la primera resurrección y la segunda fase del regreso de Jesús. Tan solo momentos antes que la séptima trompeta suene, los “dos testigos” de Dios—quienes fueron muertos por la bestia—serán levantados de los muertos. Sus cuerpos habrán estado en las calles de Jerusalén por 3 días y medio. Una voz del cielo los llamará a ascender al cielo. Ellos serán los últimos mártires resucitados de los muertos. (Esto cumple absolutamente el dicho que “los últimos serán los primeros”) Mientras los “dos testigos” están ascendiendo hacia las nubes, la séptima trompeta sonará. Esto es cuando comienza la primera resurrección. En aquel preciso momento, el “segundo sol” brillando en los cielos se moverá hacia la tierra. Cuando alcance las nubes, se detendrá de repente y será transformado en un inmenso “mar de vidrio” flotando en las nubes sobre Jerusalén (Apocalipsis 15). Esto ocurrirá probablemente en Pentecostés, un año después que la “señal del Hijo de hombre” apareció originalmente en el Pentecostés anterior.
Jesús describe este evento: “...y entonces todas las tribus de la tierra lamentarán, y verán al Hijo de hombre viniendo sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y Él enviará a Sus ángeles con el gran sonido de una trompeta, y ellos reunirán a Sus elegidos desde los cuatro vientos, desde un fin del cielo hasta el otro” (Mateo 24:30-31).
En visión, Juan ve comenzar la primera resurrección cuando el séptimo ángel suena la séptima trompeta—la última trompeta. Esto es también cuando el gobierno del mundo es transferido de Satanás a Jesucristo: “Entonces el séptimo ángel tocó su trompeta; y hubo grandes voces en el cielo diciendo, “Los reinos de este mundo han llegado a ser los reinos de nuestro Señor y Su Cristo, y Él reinará en los siglos de eternidad.”
“Y los veinticuatro ancianos, quienes se sientan delante de Dios sobre sus tronos, cayeron sobre sus caras y adoraron a Dios, diciendo, “Te damos gracias, Oh Señor Dios Todopoderoso, Quien es, y Quien era, y Quien debe venir; porque has tomado para Ti mismo Tu gran poder, y has reinado. Porque las naciones estaban furiosas, y Tu ira ha venido, y el tiempo de los muertos para ser juzgados, y para dar la recompensa a Tus siervos los profetas, y a los santos, y a todos aquellos que temen Tu nombre, los pequeños y los grandes; y para destruir a aquellos que destruyen la tierra”” (Apocalipsis 11:15-18).
Pablo escribe de la primera resurrección: “Ahora digo esto, hermanos, que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda incorrupción. He aquí, les muestro un misterio: no todos dormiremos, sino que todos seremos cambiados, en un instante, en el parpadeo de un ojo, a la última trompeta; porque la trompeta sonará, y los muertos serán levantados incorruptibles, y nosotros seremos cambiados. Porque esto corruptible debe vestirse de incorruptibilidad, y esto mortal debe vestirse de inmortalidad. Ahora, cuando esto corruptible se haya vestido de incorruptibilidad, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces sucederá el dicho que está escrito: “La muerte es tragada en victoria”” (I Corintios 15:50-54).
Aquí está como Juan describe la primera resurrección.: “Y miré, y he aquí, una nube blanca, y uno como el Hijo de hombre sentado sobre la nube, teniendo una corona de oro en Su cabeza; y en Su mano estaba una hoz afilada. Y otro ángel salió del templo, gritando con gran voz a Quien estaba sentado sobre la nube, “Empuja Tu hoz y cosecha, porque el tiempo ha venido para que coseches; porque la cosecha de la tierra está madura.” Y Quien estaba sentado sobre la nube empujó Su hoz sobre la tierra, y la tierra fue cosechada” (Apocalipsis 14:14-16). Esto muestra que la primera resurrección es comparada a una cosecha de granos.
En la parábola del sembrador, Jesús declara que la primera resurrección es en verdad como una cosecha de granos: “Y Él respondió y les dijo, “Aquel que siembra la buena semilla es el Hijo de hombre; Y el campo es el mundo; y la buena semilla, esos son los hijos del reino;… y la cosecha es el fin de la era, y los segadores son los ángeles.… Entonces los justos resplandecerán en adelante como el sol en el reino de su Padre” (Mateo 13:37-39, 43).
Todos los muertos en Cristo quienes estarán en la primera resurrección serán resucitados primero. Luego aquellos santos quienes estén vivos serán cambiados instantáneamente de humanos a espíritu (I Tesalonicenses 4:14-17). Los ángeles tomarán a todos los que sean resucitados o cambiados hasta el mar de vidrio. Juan escribe: “Y vi un mar de vidrio mezclado con fuego, y aquellos que habían obtenido la victoria sobre la bestia, y sobre su imagen, y sobre su marca, y sobre el número de su nombre, de pie sobre el mar de vidrio, teniendo las liras de Dios. Y estaban cantando la canción de Moisés, el siervo de Dios, y la canción del Cordero, diciendo, “Grandes y asombrosas son Tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son Tus caminos, Rey de los santos. ¿Quién no Te temerá, Oh Señor, y glorificará Tu nombre? Porque solo Tú eres santo; y todas las naciones vendrán y adorarán delante de Ti, porque Tus juicios han sido revelados”” (Apocalipsis 15:2-4).
Esto completa la fase dos del regreso de Jesús. Todos los santos resucitados estarán en el mar de vidrio desde aquel Pentecostés hasta la Fiesta de Trompetas, un periodo de casi 4 meses y medio. Durante este tiempo, numerosos eventos necesitarán tener lugar antes que los santos y Jesús puedan regresar a la tierra para establecer el Reino de Dios.
Eventos a ocurrir mientras estamos en el mar de vidrio
El primer evento a ocurrir después que los santos estén en el mar de vidrio con Cristo será el derramamiento de la ira de Dios—las “7 últimas plagas”—las cuales son la venganza de Dios en contra de Satanás el diablo, sus demonios y todos los malvados que pelearon contra Dios. “Y después de estas cosas miré, y he aquí, el templo del tabernáculo del testimonio en el cielo estaba abierto. Y los siete ángeles que tenían las últimas siete plagas salieron del templo; estaban vestidos de lino, puro y brillante, y ceñidos alrededor del pecho con corazas de oro. Y una de las cuatro criaturas vivientes le dio a los siete ángeles siete frascos de oro, llenos de la ira de Dios, Quien vive en los siglos de eternidad. Y el templo estaba lleno con el humo de la gloria de Dios, y de Su poder; y nadie fue capaz de entrar en el templo hasta que las siete plagas de los siete ángeles fueron cumplidas” (Apocalipsis 15:5-8).
Mientras las “7 últimas plagas” están siendo derramadas (Apocalipsis 16), por lo menos 8 cosas tendrán lugar en el mar de vidrio antes de que Cristo y los santos regresen a establecer el Reino de Dios en la tierra:
1) Los santos recibirán sus nombres nuevos (Apocalipsis 2:17).
2) A los santos les serán dadas sus recompensas (I Corintios 3:8; Apocalipsis 11:18; 22:12; II Juan 8).
3) Jesús presentará los santos a Dios el Padre, diciendo: “Declararé Tu nombre a Mis hermanos; en medio de la iglesia cantaré alabanza a Ti… Estaré confiando en Él… [y proclamará] ‘He aquí, Yo y los hijos que Dios Me ha dado”” (Hebreos 2:11-13).
4) Los santos recibirán sus asignaciones como reyes o sacerdotes (Apocalipsis 20:6).
5) El matrimonio del Cordero y Su novia tendrá lugar (Apocalipsis 19:6-8).
6) La cena matrimonial tendrá lugar (Apocalipsis 19:9; Mateo 22:1-13).
7) Los santos atestiguarán las “7 ultimas plagas” derramadas—la venganza de Dios (Apocalipsis 15:5-8; 16:1-21; Salmo 149:4-9). La séptima plaga es la batalla de Armagedón.
8) Los santos serán reunidos en el ejercito de Dios y pelearán con Cristo mientras regresan a la tierra a establecer el Reino de Dios (Apocalipsis 19:11-21; Zacarías 14:1-9).
Así, la Palabra de Dios revela que así como Dios comenzó la iglesia en Pentecostés al enviar el Espíritu Santo, Él completará la cosecha de Su iglesia—las primicias espirituales—en Pentecostés. En aquel día, Dios resucitará de los muertos a todos los santos rectos—desde Abel, el primer mártir, hasta los “dos testigos,” los mártires finales. En la resurrección todos seremos cambiados en el parpadeo de un ojo y dados cuerpos gloriosos, inmortales como los hijos e hijas espirituales de Dios el Padre. “...estamos esperando al Salvador, el Señor Jesucristo; Quien transformará nuestros cuerpos viles, para que puedan ser conformados a Su cuerpo glorioso, de acuerdo al trabajo interno de Su propio poder, por el cual Él es capaz de someter todas las cosas a Sí mismo” (Filipenses 3:20-21). Como seres espirituales glorificados, brillaremos como las estrellas del cielo (Daniel 12:1-3; Mateo 13:43).
Compartiremos la misma existencia eterna y gloria como Jesucristo: “El Espíritu mismo da testimonio conjuntamente con nuestro propio espíritu, testificando que somos hijos de Dios. Entonces si somos hijos, somos también herederos—verdaderamente, herederos de Dios y coherederos con Cristo—si ciertamente sufrimos junto con Él, para poder también ser glorificados junto con Él” (Romanos 8:16-17). Es por eso que Pablo llama a la primera resurrección una resurrección superior (Hebreos 11:35-40). Finalmente, Juan escribe: “¡He aquí! ¡Que glorioso amor nos ha dado el Padre, que deberíamos ser llamados los hijos de Dios!…. [Y] sabemos que cuando Él sea manifestado, seremos como Él, porque lo veremos exactamente como Él es” (I Juan 3:1-2).
El libro de Apocalipsis proclama: “Bendito y santo es aquel que tiene parte en la primera resurrección; sobre este la segunda muerte no tiene poder” (Apocalipsis 20:6). Como es representado por la Fiesta de Pentecostés, los cristianos esperan recibir vida eterna y gloria en la primera resurrección. (Romanos 8:14-18; I Juan 3:1-3).
Fase tres del regreso de Jesucristo: Después que la segunda fase del regreso de Cristo sea completa en el mar de vidrio con el matrimonio del cordero y la iglesia (Apocalipsis 19:1-9), la fase 3 tiene lugar en la siguiente Fiesta de Trompetas. Jesús regresa a la tierra con todos los santos glorificados para terminar la batalla de Armagedón y tomar pleno control de todo el mundo y establecer el Reino de Dios: “Y vi el cielo abierto; y he aquí, un caballo blanco; y Quien se sentó sobre el es llamado Fiel y Verdadero, y en justicia Él juzga y hace guerra. Y Sus ojos eran como una llama de fuego, y sobre Su cabeza habían muchas coronas; y tenía un nombre escrito que nadie conoce excepto Él. Y estaba vestido con un vestido sumergido en sangre; y Su nombre es La Palabra de Dios.
“Y los ejércitos en el cielo estaban siguiéndolo sobre caballos blancos; y estaban vestidos en lino fino, blanco y puro. Y de Su boca sale una espada afilada, para con ella poder herir a las naciones; y las pastoreará con una vara de hierro; y Él pisa el lagar de la furia y la ira del Dios Todopoderoso. Y sobre Su vestido y sobre Su muslo tiene un nombre escrito: Rey de reyes y Señor de señores.
“Luego vi un ángel de pie en el sol; que gritó con una fuerte voz, diciendo a todas las aves que vuelan en medio del cielo, “Vengan y júntense a la cena del gran Dios para que puedan comer la carne de reyes, y la carne de capitanes jefes, y la carne de hombres poderosos, y la carne de caballos, y de aquellos que se sientan sobre ellos, y la carne de todos, libres y esclavos, y pequeños y grandes.” Y vi a la bestia y a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para hacer guerra contra Quien se sienta sobre el caballo, y contra Su ejército. Y la bestia fue tomada, y con él el falso profeta quien obraba milagros en su presencia, por los cuales había engañado a aquellos que recibieron la marca de la bestia y a aquellos que adoraron su imagen. Esos dos fueron echados vivos dentro del lago de fuego, el cual quema con azufre; y el resto fue muerto por la espada de Quien se sienta sobre el caballo, la misma espada que sale de Su boca; y todas las aves fueron llenas con sus carnes” (Apocalipsis 19:11-21).
Esto completa las tres fases del regreso de Jesucristo.
Como hemos visto, el regreso de Cristo, la resurrección de los santos, y todas las actividades del mar de vidrio ocurren como parte de las primeras dos fases. El regreso real de Jesús con los santos a la tierra es la tercera fase. Todo este periodo de tiempo—alrededor de 1 año y 4 meses y medio—es necesario porque la toma de control de Jesús de todo el mundo será lo más grande, el evento más fenomenal a llegar a este mundo desde el diluvio de Noé.
Nuevamente hermanos, este es el futuro glorioso que esperamos. Que Dios el Padre y Jesucristo continúe dándoles fortaleza y resistencia para permanecer fieles. Que Dios los bendiga con Su amor, los proteja, los sane, y les de poder para continuar creciendo en gracia y conocimiento. Gracias por sus oraciones por nosotros y por todos los hermanos. Gracias por sus diezmos y ofrendas, las cuales siempre son usadas para alimentar el rebaño de Dios y para predicar el Evangelio al mundo.
Con amor en Cristo Jesús,
Fred R. Coulter
FRC